Síndrome de Fatiga Crónica: más allá del cansancio

Los pacientes con el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) sienten que el listón de sus capacidades se ha reducido drásticamente, “…como si a un cuadro le redujésemos bruscamente su marco…”. Después de un esfuerzo, muchas veces mínimo, se encuentran mal, realmente mal. Al cansancio se suma las cefalea, dolores articulares. La afectación neurocognitiva, tan propia de esta patología, hace que también pierdan la capacidad de concentrarse, de mantener la atención, de recordar las cosas nimias del día a día.

El SFC hace que los pacientes no puedan mantener el esfuerzo de una actividad normal “…es como un coche que saliese en primera y nunca pudiera cambiar de marcha…”, “…como una batería que bruscamente se ha agotado…”.

Cuando el enfermo con SFC pasa el listón, la recuperación a su cansancio no llega “…fui a una boda y llevo ya dos semanas sin recuperarme…”. El grado de cansancio puede llegar a la exhaustación y a la necesidad de ayuda para las actividades básicas “…doctor, no puedo ya ni peinarme…”.

Actualmente la Fatiga Crónica no tiene  tratamiento. Se desconoce su causa y los factores desencadenantes suelen variar de paciente a paciente en una combinación deletérea de factores personales más a los que el paciente se ha expuesto.

La investigación es ahora mismo el único camino posible.