¿Conoces la fatiga cognitiva?

Las dificultades neuropsicológicas o trastornos neurocognitivos, expresados de forma muy diversa, son un síntoma habitual y de importante preocupación en los enfermos con EM/SFC, por su interferencia en las actividades de la vida diaria y especialmente en su desarrollo laboral.

La mayor parte de los estudios confirman un patrón de afectación cognitiva, estable en el tiempo, caracterizado por alteración en la velocidad de procesamiento de la información, capacidad atencional, funciones ejecutivas y amnésicas. Existe, a pesar de ello, una gran discrepancia en los resultados científicos que se relacionaría con la variabilidad sintomática de la EM/SFC.

Uno de las quejas más referidas por los pacientes es la fatiga mental, el enlentecimiento cognitivo o sensación de embotamiento, que dificulta la ejecución de tareas que requieren de un esfuerzo mental sostenido.

En este sentido, de todas las funciones cognitivas estudiadas, la velocidad de proceso es la que más consenso científico presenta. El enlentecimiento cognitivo se justificaría por la alteración de los circuitos córtico-estriatales demostrada en diversos estudios (Chaudhuri i cols., 2000; Tekin i cols., 2002; Miller i cols., 2014). Presenta, además, una correlación muy alta con la doble prueba de esfuerzo, que se utiliza como técnica diagnóstica de la fatigabilidad anormal. Es por ello, que se perfila como una característica patognomónica de la enfermedad.

La fatiga cognitiva, puede detectarse a partir de pruebas neuropsicológicas específicas como el subtest de velocidad de proceso del Test de Inteligencia para Adultos (WAIS), el Test CogHealth, y el California Computerized Assessment Package (CALPAP), entre otros.

El enlentecimiento cognitivo es muy refractario a tratamiento. No existen estudios longitudinales que permitan objetivar resultados de mejora con la estimulación cognitiva. Por otro lado, cabe remarcar que la presencia de trastorno afectivo y ansioso que habitualmente acompaña la enfermedad incrementa el déficit, por lo que es necesario que el paciente aprenda recursos para afrontar la enfermedad con el menor coste emocional posible.